Desde hace algunas décadas, ante un mundo tan volátil e incierto, los conocimientos conceptuales, teóricos, rígidos e inquebrantables, pasaron a segundo plano. Tanto el éxito profesional, personal, como el de las industrias, se redefinió. Hoy se entiende que tiene más probabilidad de crecer y mantenerse vigente el que se adapta al cambio, el que continúa aprendiendo y se reinventa a pesar de las adversidades.
¿Pero quiénes son aquellos que se adaptan mejor al cambio? Lo hacen las personas resilientes, con una sana autoestima, aquellos que se sienten capaces de sobrellevar adversidades. También, se adaptan mejor, los que exploran el mundo con ojos analíticos y propositivos, los que conectan con realidades que no necesariamente son inmediatas a su contexto, los curiosos que se atreven a probar sin miedo al error, en este aspecto, la tecnología es un buen mediador.
La mejor manera de desarrollar esas habilidades es hacerlo desde temprana edad. La colaboración, la flexibilidad, la creatividad e iniciativa para aprender son mucho más moldeables en los primeros años de vida, sobre todo porque se pueden entrenar constantemente con las interacciones sociales en el ámbito escolar; en cambio cuando un adulto no las ha desarrollado, puede costarle más trabajo integrarlas. Por esta razón, los empleadores si tienen que escoger entre un tipo de conocimiento u otro, prefieren contratar a gente con habilidades blandas ya desarrolladas, pues resulta más sencillo capacitar las habilidades duras como lo son procesos o conocimientos específicos de alguna otra área.
De ahí, que desde hace un par de años sea tendencia en los modelos educativos, incorporar el desarrollo socioemocional en la currícula. Por otro lado, y sosteniendo la necesidad de conectarlos con el mundo real, se ha determinado que el desarrollo de habilidades digitales es la nueva alfabetización.
Con tanta carga laboral y académica, algunos se habían resistido a tomarse con seriedad la necesidad de incorporar los aprendizajes esperados de estos ámbitos a sus lecciones. Luego vino la pandemia, y ratificó que éstas, deberían ser las nuevas prioridades en la educación. Solo con estudiantes, docentes, y administrativos capacitados social, emocional y digitalmente fuimos y seremos capaces de sobrevivir.
Una mancuerna excepcional
Una vez que queda clara la urgencia y prioridad de desarrollar estas habilidades, el reto está en incorporarlas sin restarle tiempo a otras materias. La respuesta está en la transversalidad.
Las actividades o prácticas que desarrollan las habilidades socioemocionales están diseñadas para que los estudiantes tengan una voz y expandan sus mentes. Las herramientas tecnológicas ayudan a expandir esa voz, por lo que es natural que al trabajarlas en conjunto, sean muy efectivas.
Para empezar a trabajar el aprendizaje socioemocional o SEL por sus siglas en inglés (Social Emotional Learning), los educadores pueden integrar conceptos, como la conciencia social, equidad e identidad personal en su instrucción, pero eso es sólo el comienzo. Incorporar tecnología educativa en las lecciones puede llevar el aprendizaje socioemocional a un nuevo nivel.
De hecho, resulta bastante lógico el integrar la tecnología en las actividades SEL. Ya que como sabemos, es mucho más significativo aprender cuándo los estudiantes usan las herramientas tecnológicas para resolver o abordar situaciones reales. Vincular el contenido educativo tanto con sus emociones como con el uso de la tecnología hace que cualquier contenido, de cualquier materia, sea mucho más relevante y aplicable. Como resultado, los estudiantes mostrarán una mayor cantidad de interés y pasión en su propio proceso. La tecnología ayuda a los estudiantes a expresarse de nuevas formas o en el caso de algunos estudiantes, los anima a hacerlo por primera vez.
Para algunos, puede ser difícil transmitir sus ideas, ya sea por razones físicas o emocionales; el uso de herramientas como las tecnologías involucradas en un ambiente "maker", o simplemente apps que los inviten a crear, pueden ayudarlos a transmitir lo que piensan y sienten.
Antes eran solo los educadores que buscaban formas para asociar los proyectos académicos al aprendizaje socioemocional, pero ahora son las compañías que están ya desarrollando tecnología y recursos específicos alrededor del tema. Por ejemplo:
Las guías #ChallengeforChange, que a través de un modelo de “Challenge Based Learning” incorpora el Design Thinking y la tecnología en los tres momentos didácticos para que los estudiantes propongan soluciones que impacten positivamente en la equidad social.
Habilidades blandas en la enseñanza de la tecnología
Hace algunos años, cuando se hablaba de habilidades digitales o tecnológicas, los educadores se enfocaban en las habilidades duras como el código o en los componentes específicos de algún software. Sin embargo, ya hemos mencionado varias veces que la enseñanza en programación o cualquier interacción con una herramienta tecnológica, conlleva en igual importancia, el desarrollo de habilidades blandas.
Uno de los retos de hoy en día, es que los estudiantes sepan aprovechar estas herramientas para promover su bienestar. Al solicitarles un proyecto o actividad que involucre tecnología, se puede aprovechar para que aprendan a gestionar las cargas de trabajo, a pedir ayuda a sus compañeros cuando la necesiten, a ser perseverantes, empáticos y a solucionar problemas de manera creativa.
Un recurso para enseñar programación que pone su foco en las habilidades blandas en lugar de en las duras como el código, es el Diario de Diseño de Apps el cual invita a los estudiantes a diseñar una app que sea inclusiva, que considere diferentes perspectivas, capacidades y gustos de los usuarios. .
Aprendizaje independiente y personalizado
Uno de los mayores beneficios del uso de tecnología en el aprendizaje socioemocional es permitir que los estudiantes dirijan sus propias experiencias de aprendizaje, lo cual está asociado al desarrollo de pensamiento crítico. Cuando están aprendiendo cosas que realmente quieren aprender y se preocupan más por lo que están haciendo, los estudiantes tienden a exhibir mayores niveles de participación y, en última instancia, logran mejores resultados. La incorporación de tecnología ayuda a los estudiantes a trabajar en sus fortalezas y disfrutar de una experiencia más personalizada en el aula.
En el desarrollo socioemocional, la tecnología permite mayores niveles de aprendizaje personalizado para los estudiantes. Básicamente, pueden usar las herramientas con las que se sienten cómodos para expresarse. Esto asegura que se enganchen a partir de sus preferencias, se sientan seguros y lo liguen con lo nuevo que están aprendiendo. Con niveles más altos de comodidad, a menudo se obtiene un mayor rendimiento, pero sobretodo una mayor introspección y expresión fundamental en los temas de desarrollo socioemocional.
Además, si los educadores usan herramientas como como plataformas de seguimiento disponible, podrían obtener un mayor acceso a los datos de rendimiento de los estudiantes y esto puede ser de gran ayuda para darles retroalimentación. También los estudiantes pueden autoevaluarse y determinar si se están apegando o pasando tiempo adecuado en las apps o contenidos digitales que aportan a lo que necesitan y a su estado emocional.
Finalmente, la tecnología ayuda a los estudiantes a hacerse responsables de su propio proceso. Al asumir una mayor cantidad de liderazgo en su aprendizaje, poco a poco empiezan a explorar más métodos y formas de resolver problemas, validando la oportunidad de tomar sus propias decisiones.
Si quieres aprender más sobre cómo la tecnología puede aportar a la personalización del aprendizaje te recomendamos leer el
Otros usos de la tecnología en el desarrollo socio-emocional
- El primero y más evidente es la posibilidad de conectar y socializar a pesar de la distancia física. Claro nos ha quedado, que hoy mantenernos en casa, no significa aislarse, ni privarse socialmente. Fue la tecnología y las plataformas de videoconferencia la que nos mantuvo cerca. Aprovechemos esta lección que la vida nos ha dado, para expandir las conexiones de nuestros estudiantes, propiciemos interacciones con estudiantes de otros países, fomentemos la multiculturalidad facilitada por la colaboración sincrónica y asíncrona que servicios como iCloud nos ofrecen.
- También se pueden utilizar otras formas de tecnología para ayudar a los maestros a manejar las emociones de los estudiantes. El Apple Watch, por ejemplo, puede monitorear el estrés en los estudiantes midiendo indicadores fisiológicos clave. Luego el estudiante puede tomar decisiones sobre lo que le arroja ese dispositivo.
- El mismo Apple Watch y la app de Respiración, invita y modela a los estudiantes a respirar a un ritmo que les permite relajarse.
- Existen otras aplicaciones para guiar meditaciones o escuchar ruido blanco. Unos audífonos con música, el uso de realidad aumentada para sumergirse en escenarios que inspiren paz, pueden ser una buena opción en un día estresante.
- La tecnología ofrece una gran variedad para calmar la mente, por ejemplo: Colorear “mandalas digitales” con colores, texturas y formas interminables.
- A veces ayuda el verbalizar los sentimientos, si tus estudiantes no se sienten cómodos de externarlos a alguien más, pueden recurrir a grabarlos en sus notas de voz, cuando lo escuchen después podrán analizarlo con una perspectiva diferente.
- Los estudiantes adoran los apuntes visuales, o “sketchnote”, te sorprenderás de las creaciones que hacen alrededor del tema de las emociones. Pueden apoyarse en las para explicarles paso a paso cómo hacerlo.
Al final todo se reduce a buscar que los estudiantes se conozcan y sepan emplear estrategias y recursos para regularse, gestionar sus emociones y así poder conectar y construir relaciones saludables con otros, la tecnología en el proceso solo es un vehículo facilitador.
Sabina Levin
Directora y Fundadora LDC
¿Quieres más ideas sobre cómo usar la tecnología para desarrollar habilidades socio-emocionales? Suscríbete a nuestro newsletter, síguenos en redes sociales, y comenta qué otros temas te gustaría que abordamos.
Te invitamos a ver este video:
Copyright: Challenge For Change, Diario de Diseño de Apps, Creatividad para Todos,: Dibujo, Apple Watch, iCloud, App Respiración son marcas registradas por Apple Inc, en Estados Unidos y otros países y regiones.