Creatividad en los estudiantes del presente, para responder a las necesidades del futuro

Por todos, es sabido que la creatividad es una de las habilidades más demandadas en los últimos años por los empleadores e industrias. Para ponerlo en contexto, el año pasado, una reconocida red social orientada al uso empresarial, a los negocios y al empleo, la clasificó como una de las tres características más solicitadas junto con el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas complejos.

 

La creatividad es una habilidad compleja que requiere e implica otras acciones cognitivas. Desde la Taxonomía de Bloom, se entiende que para crear algo tienes que pasar por todo un trayecto en los procesos del pensamiento que va desde imaginar, experimentar y tomar decisiones, hasta alcanzar el nivel más alto en el proceso.


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Pero, ¿qué debería estar sucediendo en los procesos de enseñanza para promover la creatividad? Desde la planeación de las actividades, los maestros deberían tener el foco en proveer oportunidades para que los estudiantes puedan elegir, expresarse y tomar decisiones para que se promueva esta habilidad. 

 

Algunas prácticas interesantes podrían ser:

 

1. Diseñar actividades de aprendizaje que permitan explorar diferentes formas de llegar al conocimiento, permitiendo la manipulación de objetos relevantes e interesantes desde varias perspectivas. Por ejemplo, dejar a los estudiantes con varios objetos de distintos materiales, tamaño y peso, y que ellos a través de experimentos, determinen qué es la densidad. La clave está en que la instrucción sea lo menos dirigida posible para que ellos sean capaces de definir el propio proceso de aprendizaje.

 

2. Celebrar y valorar la creatividad. Una vez que los estudiantes tengan un producto o evidencia de un proceso creativo, hay que darles la oportunidad de mostrarlo frente a sus compañeros y crear un ambiente donde todos reconozcan lo que les gustó de la creación de sus compañeros. Es decir, darles un espacio para que celebren los resultados.

 

3. Descomponer el proceso creativo. Tener conciencia de las habilidades que se necesitan desarrollar para finalmente alcanzar esta habilidad compleja, puede ser de gran utilidad cuando tratamos de enseñarla. Por ejemplo, iniciar con ejercicios de escucha activa, colaboración y pensamiento deductivo, aportará las bases para ser creativos.

 

4. Aprovechar la tecnología para empoderar la creatividad y la comunicación. La tecnología permite llevar la creatividad y la comunicación a otro nivel. Tener dispositivos y aplicaciones que permitan crear productos como si los estudiantes ya fueran profesionales, estimula su imaginación. 

 

Una excelente manera para comenzar es usando las Guías de Creatividad para Todos. Aquí encontrarás diversos proyectos de fotografía, dibujo, música y video. La guía para maestros sugiere formas de relacionarlos con las materias.

 

Estimular la creatividad desde temprana edad, asegurará el tener adultos que puedan aproximarse a retos de la vida, desde diferentes perspectivas, flexibles a la hora de experimentar, para que finalmente hagan propuestas innovadoras.

 

Si aún quieres saber más acerca de la creatividad en el aprendizaje, puedes leer este interesante estudio de Gallup.

 

Sabina Levin

CEO Learning Design Center

 

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