Parece que fue ayer, cuando el enemigo del salón de clases, era la calculadora. Hace unas décadas la polémica entre profesores, era si la calculadora debería permitirse o no, sobre todo durante las clases de matemáticas.
La calculadora es el perfecto ejemplo de cómo la tecnología puede ayudar a la humanidad a agilizar procesos. Sin embargo, es el humano quien decide qué datos ingresar a esa calculadora y qué hacer con los resultados.
Hoy en día no solo tenemos calculadoras al alcance de nuestro iPhone o iPad, tenemos instrumentos que pueden ayudarnos a sistematizar esos datos, graficarlos y hasta generar pronósticos.
Entonces, ¿ya no es necesario enseñar matemáticas? Por supuesto que lo es, para empezar y como dicen por ahí, en el pedir está el dar, y si nuestros estudiantes no saben que información solicitar, la tecnología no les responderá. Lo que hay que cambiar es el enfoque. La tecnología puede ser más efectiva en algunas tareas que a las personas nos parecen tediosas, y nos da oportunidad de enfocarnos en otras mucho más interesantes.
Desde hace varios años también, se ha demostrado que las matemáticas, cobran más sentido cuando están contextualizadas, y que la automatización o la práctica de operaciones aritméticas, como lo son la suma, resta, multiplicación y división son solo una parte limitada del pensamiento matemático.
El pensamiento matemático implica el razonamiento tanto lógico, como divergente o creativo, para resolver problemas en cualquier contexto.
Según los planes y programas de la Secretaría de Educación Pública, en la educación básica el estudiante debe emplear conocimientos de aritmética, álgebra, geometría, estadística y probabilidad. Pero también, mediante el trabajo individual y colaborativo se debe buscar que los estudiantes utilicen el pensamiento matemático al formular explicaciones, aplicar métodos, poner en práctica algoritmos, desarrollar estrategias de generalización y particularización.
Hoy en día se entiende que es de suma importancia la reflexión previa, durante y posterior a la resolución de un problema, y la práctica de actitudes que promuevan el aprendizaje permanente, como lo son la escucha atenta, y la identificación del error como fuente de aprendizaje.
Las matemáticas como materia, deberían tener la intención de que los estudiantes ganen confianza en sí mismos, al saberse capaz de idear estrategias creativas y efectivas para enfrentar cualquier situación.
La tecnología entonces, puede proveer oportunidades para la enseñanza dinámica, contextualizada, y personalizada de las matemáticas.
El proceso de aprendizaje puede enriquecerse al tener la posibilidad de que los conceptos abstractos se puedan demostrar a través de multimedia interactiva.
Algunos ejemplos:
: Una aplicación donde las actividades guiadas te llevan a descubrir las matemáticas en el mundo real, colocando objetos 3D, mientras que tus estudiantes los analizan moviéndose alrededor, haciendo capturas de pantalla, y experimentando con ellas.
: Una app para que de manera lúdica los estudiantes empiecen a experimentar a través del código. En este caso “espirales” les permite dibujar diferentes formas y ver cómo se transforman al modificar las variables.
La tecnología puede ayudar a atender los distintos canales de aprendizaje, incluso el que los maestros casi no atendemos, pero que hoy los estudiantes demandan más que nunca, el kinestésico.
Algunos ejemplos:
: Catalogada como una de las apps preferidas entre los niños de seis y ocho años, Math Ninja permite a los estudiantes agilizar el proceso de suma, resta, multiplicación, mientras se desplazan, favoreciendo el aprendizaje a través del movimiento físico.
: App de Realidad Aumentada para que los estudiantes midan objetos en espacios físicos, dentro o fuera del aula con el iPad. A su vez puede brindar automáticamente las dimensiones y el área de un objeto rectangular y mostrar la información de la medición en el contexto del mundo físico.
Si quieres aprender más sobre cómo usar la Realidad Aumentada en Educación 
Uno de los beneficios más visibles es la oportunidad de personalizar la enseñanza de las matemáticas. Históricamente, “matemáticas” había sido una materia de unos cuantos, y el rezago se disparaba, conforme los grados escolares avanzaban. Sin embargo, la tecnología permite ofrecer apoyos adicionales para abordar las necesidades y ritmos de todos los alumnos.
Algunos ejemplos:
Khan Academy: Es un proyecto de aprendizaje virtual, que abarca una serie de videos-tutoriales que te explican un tema. Dando la oportunidad al estudiante y maestro de pausarlo, regresarlo o buscar diferentes explicaciones. Además de después ofrecer una variedad de ejercicios para aplicar lo que se aprendió. Esto permite al maestro hacer instrucción diferenciada, y el alumno se liberará de la presión de entenderlo todo durante la clase regular. Lo mejor es que no tiene costo.
iXL-Math: Una plataforma, que si tiene un costo de subscripción, pero que algunos colegios la han usado para sustituir sus libros de texto. La idea es ofrecer ejercicios a la medida para que los estudiantes vayan obteniendo más fluidez y confianza. El programa ofrece ejercicios atractivos, alineados a los estándares de aprendizaje de cada grado, y da reconocimientos que motivan a los estudiantes.
La enseñanza de las matemáticas con tecnología permite poner en contexto los problemas a resolver, y darles la oportunidad a los estudiantes a involucrarse con el mundo real, y automáticamente cobran más sentido. Una perspectiva que integra la tecnología en la solución de problemas está más apegada a su realidad.
Enfoque STEAM: Este nuevo enfoque metodológico sugiere partir de desafíos o problemas que involucren cinco áreas disciplinar, la ciencia, la tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Promueve la independencia del estudiante y la colaboración con sus compañeros. Desde construir un avión de papel que se desplace cierta longitud o una lámpara que funcione, hasta un robot que obedezca instrucciones desde el iPad.
Finanzas Personales: Cada vez, resuena más la necesidad de empezar la educación financiera desde la escuela. Educar financieramente a los estudiantes puede influir positivamente tanto a corto como largo plazo en la economía de un país. Las matemáticas toman mucho más sentido, cuando se habla de porcentaje de ahorro o de interés, y cómo impacta directamente en su bienestar. Para esto puedes empezar con sencillos ejercicios en una hoja de cálculo, usa 
, ya que además de ser intuitiva puedes agregar, imágenes y gráficas que hacen mucho más evidente e integradora la experiencia.
Por último, y muy importante, la tecnología puede ayudar a socializar el proceso por el que pasaron para resolver los problemas, utilizar una app sencilla como 
o 
permite que los estudiantes se enfoquen en el ejercicio metacognitivo y lo comuniquen efectivamente.
Sabina Levin
CEO y Fundadora de Learning Design Center
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